Está muy bien ubicado, el personal es muy amable, te apoyan en lo que necesites. Te pueden guardar las maletas detrás de unas rejas con candado, así que están seguras. La cocina está muy bien equipada, y hay etiquetas para rotular los alimentos con el nombre de cada huésped, y se pueden colocar en charolas, o dentro del refrigerador. Mi habitación fue individual y no podía ser mejor: al salir, del lado derecho está la cocina, y a la izquierda, el baño completo. Tuve problemas de ruido, ya que en mi habitación (Messi), al estar pegada a la cocina, había grupitos que se quedaban a platicar casi a gritos hasta después de las 11 de la noche. Tuve que salir a decirles a unas brasileñas que ya era hora de dormir. Por otro lado, unos huéspedes rompieron la base del grifo del fregadero donde se lavan los trastes; otros no recogían ni lavaban la vajilla que usaban, y la dejaban por toda la cocina. En cuanto al baño, cuenta con cancel, regadera y despachadores de shampú, acondicionador y jabón para el cuerpo, de manera que no es necesario llevarlos. ¡Incluso hay secadora de cabello! Mi habitación siempre estuvo limpia y segura (al cerrar con llave), y todo el lugar es muy aseado. ¡Ah! Y tiene un bonito elevador antiguo, para no subir cargando las maletas.